29 oct 2009

¿En qué nos hemos convertido? Sensacionalismo interesado ante los hechos de Leganés

En los movimientos sociales se suele intentar tener una actitud ante el mundo distinta a la que nos marcan en los parlamentos o mass-media. Tratamos de basar nuestras decisiones en parámetros más pegados a la realidad silenciada, menos basados en superficialidades, en la demagogia o en el sensacionalismo. Buscamos analizar las raíces de los problemas, argumentar, reanalizar. Crítica y autocrítica. Tratamos también de tener otra actitud al recibir o emitir noticias: nos preguntamos quién tira la piedra, pero también por qué la tira. Y al contrario que en la sociedad del espectáculo, las formas no nos deberían hacer olvidar lo importante: el fondo. De lo contrario, estaríamos reproduciendo en nuestro interior ese mundo donde Obama, con un par de discursos bien preparados, puede ser Nobel de la Paz.

Al hilo del revuelo mediático levantado entorno a los recientes sucesos en el CSO La Gotera de Leganés (Madrid), me gustaría comentar unos puntos que se han pasado sorprendentemente por alto en la vorágine sensacionalista de los últimos días.

Vaya por delante un breve currículo, para evitar respuestas estúpidas. Milito en los movimientos sociales desde hace años, estoy afiliado a la CNT por parecerme el único sindicato realmente combativo a día de hoy y participo habitualmente en las movilizaciones de la Coordinadora Antifascista de Madrid, aunque no pertenezco a ninguno de los colectivos que la integran (pero todo esto es lo de menos, pues estamos en internet y yo podría ser cualquiera, incluso un maldito madero… ya hemos tenido estos días demasiados personajes virtuales justificando sus comentarios bajo supuestas ex-militancias).

Viene siendo tristemente habitual en los últimos años el que, amparándose en una definición burguesa de la libertad de expresión, se usen como arma arrojadiza contra los compañeros comunistas de Madrid, hechos protagonizados hace ya cerca de un siglo por algunos miembros del PCE o por las cúpulas dirigentes de la Unión Soviética, o incluso (no es broma) por Pol Pot y su “muerte al que lleve gafas”. Hay una vergonzosa tendencia a introducir en el ámbito de los movimientos sociales actividades claramente irrespetuosas, provocadoras y encizañadoras, que desde una supuesta pureza anarquista o hipocresía posmoderna llevan a organizar conciertos en centros sociales “Contra la Banda Bassoti” (famoso grupo musical italiano comunista, antifascista y pro-abertzale, perseguido y censurado por la “Asociación de Víctimas del Terrorismo”) o a promocionar a bombo y platillo libelos anticomunistas como el libro que ahora nos ocupa, “La Traición de la Hoz y el Martillo”, donde se equipara fascismo y comunismo y se hace apología del enfrentamiento violento contra los comunistas. Se tachan hoces y martillos en algunas pintadas, se atacan y deforman carteles con la efigie del Che, etc, etc…

Ante esta peligrosa moda infantil, sectaria, superficial y autoritaria (aunque disfrazada de antiautoritarismo) la respuesta de algunos no puede ser más decepcionante: caer en la provocación y proclamar sinsentidos generalizadores como “anarquistas cómplices del fascismo”.

Paralelamente, existen en Madrid varias campañas sostenidas de acoso y derribo contra la Coordinadora Antifascista de Madrid. Por un lado, la campaña obvia de las instituciones del Estado y las asociaciones para-fascistas: detenciones, montajes policiales y mediáticos, rumores de ilegalización. Por otro, totalmente desligada de la anterior, la campaña desplegada por la parte más posmoderna, OeNeGera y subvencionada del movimiento, que ve en la línea confrontacional y de acción directa practicada por “los antifas” una amenaza al clima de “entendimiento rebelde” con las instituciones, al clima de divertida performance política y de “superación de ideologías anticuadas” que tratan de promover en esta ciudad. Por último, dolorosamente, también hay compañeros y colectivos libertarios, partidarios de la división total entre comunistas y anarquistas, que ven con malos ojos una coordinadora donde abundan los colectivos comunistas pero donde también están implicados muchos anarquistas.

En este contexto, es en el que ocurren los hechos de Leganés. Ante la presentación del mencionado libro anticomunista, un grupo de individualidades comunistas se juntan y van al CSO con la intención de boicotear la presentación del libro, mediante la incautación o robo de los ejemplares allí expuestos. Se puede estar totalmente de acuerdo, a medias, o totalmente en desacuerdo con su plan, pero no se puede informar u opinar demagógicamente sobre ello sin tener en cuenta de dónde vienen las cosas y sin preguntarse si no podía ser esperable que ciertas actitudes y actividades provocadoras, entre quienes deberían ser compañeros, lleven a esto antes o después. Lo demás, podía también ser previsible. Ante la acción de los boicoteadores, diversas personas se enfrentan a ellos y tratan de impedirles hacerse con los libros, lo que resulta en empujones, insultos y algunos golpes entre unos y otros.

Después, una campaña de magnificación, sensacionalismo y demagogia. Algunos que aprovechan que el Pisuerga pasa por Valladolid (que algunos de los boicoteadores pertenecen supuestamente a un colectivo que a su vez pertenece a la Coordinadora Antifascista) para organizar un nuevo episodio de acoso contra su odiada Coordinadora. Otros que dicen sin complejos y en un comunicado oficial, que la gente que iba a realizar el boicot iban con la intención de “linchar” a la gente que había en el centro social!

Pero sobre todo un masivo ejercicio de falta de análisis, de desmemoria, de olvido repentino de que lo importante es el fondo, no la superficie; el pasado y el presente, no solo los últimos cinco minutos. De que lo importante no es la punta del iceberg: que unas personas hayan intentado boicotear un libro anticomunista y ello haya degenerado en un enfrentamiento.

Hay un problema profundo de respeto por parte de todos los sectores. Hay un problema grave cuando hay gente que se empeña en trabajar contra toda unidad y en empeñarse en insultar y vilipendiar sistemáticamente a otras tendencias con las que comparte trincheras de lucha. Eso es un boicot, de mucho mayor alcance que el de robar cuatro libros. Hay un problema grave también cuando no se consigue dar otra respuesta a ello que no sea la acción directa y el devolver las descalificaciones. Hay un problema grave cuando en varias páginas de contrainformación, sin contrastar los datos, se da tratamiento preferente a algunos textos que esparcen rumores tergiversados de consecuencias muy graves. Hay un problema cuando el ver una piedra volar nos lleva a, sin tener más datos, deducir alegremente que esa piedra ha sido lanzada por algún loco asesino con ganas de destruir la vida de algún amable inocente.

Creo que todos deben (debemos todos) hacer autocrítica. Deberíamos también poner freno ya mismo a este culebrón deformado, lleno de ángulos oscuros, lleno de desquiciamiento mediático y de hipocresía disfrazada de indignación. A nadie beneficia, solo a capitalistas, fascistas y por supuesto a todas esas instituciones que llevan meses buscando una manera de desactivar definitivamente a un movimiento antifascista cada vez más molesto y más aceptado socialmente a pesar de su radicalismo.

No se lo pongamos tan fácil y apliquémonos todo eso que predicamos. Que se supone que esto no es el Gran Hermano de Mercedes Milá.

HS

Extraído de Kaos en la Red y de alasbarricadas. Este artículo también se puede encontrar en La Haine y en otros medios contra-informativos.

3 comentarios:

  1. Si hay personas que no saben respetar las opiniones de otros y que utilizan su violencia para imponer su ideologia me parece que son ellos los que se equivocan. Y no los que, en este caso, mediante la dialectica quisieron hacer una critica al marxismo. Nadie tiene el derecho de imponer a las personas que piensen o actuen de una manera determinada. Para que queremos compartir los que somos libertarios lucha con esta gente represiva? Y que nos pueden aportar esas personas que se creen con el poder de la verdad absoluta y no quieren escucharse mas que a ellos mismos?

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  2. "Hay una vergonzosa tendencia a introducir en el ámbito de los movimientos sociales actividades claramente irrespetuosas, provocadoras y encizañadoras, que desde una supuesta pureza anarquista o hipocresía posmoderna llevan a organizar conciertos en centros sociales “Contra la Banda Bassoti” (famoso grupo musical italiano comunista, antifascista y pro-abertzale, perseguido y censurado por la “Asociación de Víctimas del Terrorismo”)"

    Una explicación coherente y entendible:

    Nos enteramos también que hace un tiempo Ugly Bastards, grupo de música con el que colaboramos en la co-edición de su trabajo, tocaba en un concierto con la idea de criticar a los grupos comerciales que joden a los que intentamos crear alternativas musicales a las que ofrece el capitalismo (con ideas antiSGAE, por la autoproducción, por el espíritu punk del Hazlo Tú Mismo). Nos joden porque mientras unxs dedicamos horas del día militantes a difundir las ideas otros generan beneficios a empresas que no creen en lo que hacen, sino que tratan la música como mercancía de compra y venta y no como difusión. El concierto tenía de lema: “Contra la Banda Bassotti”, porque hacía poco acababa de tocar en una casa okupada en Madrid (¿¿¿si se hubiera llamado “Contra Ska-p” habría pasado algo???), como Ska-p van de anarquistas quizá no, pero Banda Bassotti sí que son incuestionables. El concierto fue anulado porque hubo amenazas hacia la integridad física de personas.

    Ante todos estos hechos extraídos parece de la prensa rosa anticapitalista madrileña se presentaron las jornadas organizadas por Rabia Pepinera, donde tocaban Ugly Bastards, se presentaba un libro editado por SKP y el libro en cuestión es una defensa desde el anarquismo del verdadero comunismo: “la defensa de los valores cada cual según sus posibilidades y a cada cual según sus necesidades”, y un rechazo a las prácticas censuradoras y violentas que han sufrido la gente que ha optado por no querer imponer nada, sino precisamente lo contrario, despreciar el autoritarismo y no olvidar a la gente que ha utilizado la violencia y el asesinato contra quien no ha acatado órdenes contrarevolucionarias, ¿ironías de la vida o los hechos de este estilo suelen ser cíclicos?.

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  3. http://www.nodo50.org/Agresion-a-companer-s-anarquistas.html

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