El Gran Hermano de 1984 se encuentra en su punto álgido. Avanza con sus garras afiladas hacia aquellas personas que no toleran la injusticia, la represión, la corrupción y la desigualdad; y que luchan por el desarrollo social, la multiculturalidad, la esencia y la libertad.
Ese Gran Hermano, que hoy por hoy atenta con privatizaciones e instalaciones de vídeo-vigilancia constantes, entre otras muchas cosas, ha decidido establecerse públicamente, ante los ojos impotentes de la sociedad, como la máquina perfecta de una dictadura abstracta que vive tras el bonito telón de una Constitución inquebrantable e incumplida, que se pasea por los pasillos de los altos cargos como si fuera la típica Biblia que el cura lee pero no aplica.
Hoy, como ayer, es castigada la lucha de los trabajadores, es martilleado el deseo de huelga, se verticalizan los sindicatos y se reprimen los de clase, se ilegalizan manifestaciones y se encarcela a los contrarios al régimen.
La Libertad que existe en este país murió, si es que algún día llegó a nacer; murió aplastada por un yunque de gran tonelaje, destruyendo su esencia y arrastrando al abismo y al alzhéimer desarrollado, las mentes de las personas que forman esta sociedad.
No es casual, pues, que se inunde la televisión con publicidad, con programas insultantes para la inteligencia humana etc. fomentando y potenciando así el encefalograma plano.
Así vemos como destruyen, cada vez más y con más esfuerzo, el sistema educativo.
Ayer, éste, sufría carencias espectaculares; ayer, este sistema hacía gracia hasta a los propios profesores -éstos consideraban que era irrisorio y desastroso...- Pues bien, hoy, la respuesta a ese infame sistema de educación, se ha visto empeorado y cada nueva medida que se toma sobre el mismo enrarece hasta al más ignorante de este país. ¿Quieren saber una cosa? Los estudiantes de hoy, serán los profesores, médicos, jueces, políticos, economistas, albañiles, arquitectos, enfermeros... trabajadores... del mañana; El mañana pues, apestará más que el hoy.
Destruyendo el sistema educativo, alimentando la bazofia televisiva y comunicativa, reprimiendo cada respuesta al sistema y a su funcionamiento, adormecen, pasivizan y desertizan las inquietudes y mentes humanas.
Como personas inteligentes, ¿no nos ofende el hecho de que decidan por nosotrxs; de que manipulen la información que con posterioridad nos será comunicada; de que hagan pactos desfavorables para los trabajadores -que somos todxs-; de que no nos dejen realizar manifestaciones o concentraciones; de que privaticen la educación y la sanidad; de que inviertan más dinero en cenas, comilonas, viajes, infraestructuras voluptuosas... en vez de mejorar las ya existentes, interesarse por los marginados y marginales y por los problemas que conciernen al pueblo; de que nos obliguen a domiciliar nuestras nóminas y pagos en bancos, los cuales se van a enriquecer con nuestros ahorros que tanto nos han costado ganar; de que tenga más interés el superávit de España, como ente abstracto, que el superávit de los que conforman el mismo; de que tengamos que empeñar un riñón para pagar una casa; de que no se cuente con nosotrxs para nada sino es para acumular votos...? Realmente ¿no nos ofende? ¿nos da igual?
¿Por qué seguimos parados ante el aumento del paro? ¿Por qué si hay un ERE en nuestra empresa, no somos capaces de actuar? ¿Por qué no atendemos a los problemas? ¿Por qué únicamente los comentamos en la barra de algún amado bar?
Quizás nuestra apatía nos ha dejado en este camino inhóspito donde ya nada vale, donde es más importante una jugosa prejubilación o una indemnización suculenta, que el mantenimiento de los puestos de trabajo, para que los que nazcan en el día de hoy, mañana tengan uno.
Pero no se preocupen mucho. Algún día su vena estallará. El ser humano puede ser manipulado, estrujado, apartado... pero no es tonto; y pronto una luz se encenderá y prenderá una llama que le explotará a los que hoy llamamos amos (eufemísticamente; gobernantes) en la cara. No será una bomba, pero hará más daño que ésta, ni será un misil, pero provocará más daños que éste, ni tampoco una triste bala... Posiblemente, el levantamiento de los que hoy están sentados en sus casas, resuene tanto que provoque un inmenso terremoto en los sillones del poder.
Vuela alto paloma mensajera y lleva este mensaje a las casas de los endeudados, eufemismo de los explotados; lleva este mensaje a aquellos que se hipotecan la vida y que lucen un lujoso coche. A aquellos que se compran una televisión de plasma y luego lloran porque no llegan a fin de mes.
Vuela alto, paloma, vuela. Vuela y lanza este mensaje a los oprimidos del mundo para que su voz alcance el universo. Para que puedan latir de nuevo los corazones de los inválidos de espíritu. De los que perdieron su amor por la vida. Vuela y tráelos. Lánzalos a las calles.
Ese Gran Hermano, que hoy por hoy atenta con privatizaciones e instalaciones de vídeo-vigilancia constantes, entre otras muchas cosas, ha decidido establecerse públicamente, ante los ojos impotentes de la sociedad, como la máquina perfecta de una dictadura abstracta que vive tras el bonito telón de una Constitución inquebrantable e incumplida, que se pasea por los pasillos de los altos cargos como si fuera la típica Biblia que el cura lee pero no aplica.
Hoy, como ayer, es castigada la lucha de los trabajadores, es martilleado el deseo de huelga, se verticalizan los sindicatos y se reprimen los de clase, se ilegalizan manifestaciones y se encarcela a los contrarios al régimen.
La Libertad que existe en este país murió, si es que algún día llegó a nacer; murió aplastada por un yunque de gran tonelaje, destruyendo su esencia y arrastrando al abismo y al alzhéimer desarrollado, las mentes de las personas que forman esta sociedad.
No es casual, pues, que se inunde la televisión con publicidad, con programas insultantes para la inteligencia humana etc. fomentando y potenciando así el encefalograma plano.
Así vemos como destruyen, cada vez más y con más esfuerzo, el sistema educativo.
Ayer, éste, sufría carencias espectaculares; ayer, este sistema hacía gracia hasta a los propios profesores -éstos consideraban que era irrisorio y desastroso...- Pues bien, hoy, la respuesta a ese infame sistema de educación, se ha visto empeorado y cada nueva medida que se toma sobre el mismo enrarece hasta al más ignorante de este país. ¿Quieren saber una cosa? Los estudiantes de hoy, serán los profesores, médicos, jueces, políticos, economistas, albañiles, arquitectos, enfermeros... trabajadores... del mañana; El mañana pues, apestará más que el hoy.
Destruyendo el sistema educativo, alimentando la bazofia televisiva y comunicativa, reprimiendo cada respuesta al sistema y a su funcionamiento, adormecen, pasivizan y desertizan las inquietudes y mentes humanas.
Como personas inteligentes, ¿no nos ofende el hecho de que decidan por nosotrxs; de que manipulen la información que con posterioridad nos será comunicada; de que hagan pactos desfavorables para los trabajadores -que somos todxs-; de que no nos dejen realizar manifestaciones o concentraciones; de que privaticen la educación y la sanidad; de que inviertan más dinero en cenas, comilonas, viajes, infraestructuras voluptuosas... en vez de mejorar las ya existentes, interesarse por los marginados y marginales y por los problemas que conciernen al pueblo; de que nos obliguen a domiciliar nuestras nóminas y pagos en bancos, los cuales se van a enriquecer con nuestros ahorros que tanto nos han costado ganar; de que tenga más interés el superávit de España, como ente abstracto, que el superávit de los que conforman el mismo; de que tengamos que empeñar un riñón para pagar una casa; de que no se cuente con nosotrxs para nada sino es para acumular votos...? Realmente ¿no nos ofende? ¿nos da igual?
¿Por qué seguimos parados ante el aumento del paro? ¿Por qué si hay un ERE en nuestra empresa, no somos capaces de actuar? ¿Por qué no atendemos a los problemas? ¿Por qué únicamente los comentamos en la barra de algún amado bar?
Quizás nuestra apatía nos ha dejado en este camino inhóspito donde ya nada vale, donde es más importante una jugosa prejubilación o una indemnización suculenta, que el mantenimiento de los puestos de trabajo, para que los que nazcan en el día de hoy, mañana tengan uno.
Pero no se preocupen mucho. Algún día su vena estallará. El ser humano puede ser manipulado, estrujado, apartado... pero no es tonto; y pronto una luz se encenderá y prenderá una llama que le explotará a los que hoy llamamos amos (eufemísticamente; gobernantes) en la cara. No será una bomba, pero hará más daño que ésta, ni será un misil, pero provocará más daños que éste, ni tampoco una triste bala... Posiblemente, el levantamiento de los que hoy están sentados en sus casas, resuene tanto que provoque un inmenso terremoto en los sillones del poder.
Vuela alto paloma mensajera y lleva este mensaje a las casas de los endeudados, eufemismo de los explotados; lleva este mensaje a aquellos que se hipotecan la vida y que lucen un lujoso coche. A aquellos que se compran una televisión de plasma y luego lloran porque no llegan a fin de mes.
Vuela alto, paloma, vuela. Vuela y lanza este mensaje a los oprimidos del mundo para que su voz alcance el universo. Para que puedan latir de nuevo los corazones de los inválidos de espíritu. De los que perdieron su amor por la vida. Vuela y tráelos. Lánzalos a las calles.
Pablo M. Testa
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