

A lo largo de los últimos meses, algunas mujeres hemos tenido que compaginar nuestro ocio nocturno con la realización de acciones directas feministas, consistentes, principalmente en la expulsión (o intento de expulsión) de agresores (de un agresor en concreto, conocido con el apodo de Fer) de espacios públicos.
Consideramos legítima esta acción especialmente cuando se lleva a cabo en un entorno político como fue el caso. Aún así durante los días posteriores nos encontramos con reacciones de sorpresa, alarma y, en ocasiones, cuestionamiento, así como algunas interpretaciones erróneas entorno a la acción o a sus objetivos. Esto nos hace pensar que tal vez en los últimos tiempos en
los movimientos sociales de Barcelona se está perdiendo (posiblemente por falta de costumbre) la sensibilidad feminista que permite comprender en su contexto, y en su justa medida, acciones como esta. Por eso nos gustaría invitar a distintas asambleas a acompañarnos en una reflexión sobre el por qué y el cómo de la acción directa feminista.
Por qué?
Las agresiones sexistas, los baboseos, las violaciones, son formas de opresión patriarcal que ocurren constantemente en nuestra cotidianeidad y en nuestros espacios políticos y se amparan en múltiples paraguas que tienen que ver con las inercias sociales como el buen rollo, el contexto festivo, las drogas y la idea de que lo que ocurre en estos contextos forma parte de un ámbito privado y no político en el que todo vale. Este cóctel de elementos funciona como legitimador de las conductas de los agresores, y por tanto deslegitimador de los posibles sentimientos de malestar, protesta o respuesta de la agredida y permite que estas formas de violencia queden silenciadas, minimizadas y sigan produciéndose cada vez con más impunidad.
Desde una perspectiva antipatriarcal, este tipo de acciones no son anécdotas aisladas sino que forman parte de una forma de violencia estructural y por tanto ejercerlas es ejercer una forma de violencia amparada en un privilegio social. Denunciarlas y combatirlas es una forma de hacer política. Aceptarlas y justificarlas también es por tanto un posicionamiento político en el sentido opuesto.
Cómo?
Identificándolas, señalándolas, haciéndolas visibles ya sea en el momento en el que ocurre no cuando sus consecuencias se ponen de manifiesto.
Algunos ejemplos:
Si un en un contexto de fiesta, una mujer está siendo baboseada, primero, comunica su mal estar al sujeto baboso incitándole a que deponga su actitud. Si éste no responde, la mujer lo comunica a su grupo de afinidad y éste, en función del grado de hostilidad del sujeto insiste en que deponga su actitud o directamente lo expulsa del espacio.
Si, en este mismo contexto, se produce una agresión sexista primero se protege a la mujer agredida de la violencia que se está ejerciendo sobre ella. Una vez se crea un espacio de seguridad para la mujer, ella decide cómo prefiere gestionar la situación y a partir de ahí, siempre en función de sus deseos, se actúa de maneras diversas.
Si, como es el caso que motiva este texto, un grupo de mujeres está en contexto festivo dentro de un espacio político y se encuentra, en él, con el violador de una compañera, presente o no, (esto es irrelevante por aquello de “si tocan a una, nos tocan a todas”), una de ellas se dirige al violador y le comunica que:
a) Sabe que es un violador.
b) Dado que es un violador, su presencia en un espacio de lucha política que incluye la lucha feminista es non grata (es como si Núñez y Navarro estuvieran en medio de una fiesta en un centro social okupado bailando “Yo soy así, y así seguiré, nunca cambiaré...”).
c) Ante lo anteriormente expuesto y la consecuente falta de respeto que su presencia supone para la conciencia política de lxs presentes debe abandonar el espacio.
Si el agresor expresa su rotunda negativa a abandonar por propio pie el espacio, el grupo de mujeres procede a hacerle abandonar el espacio en volandas, con el menor perjuicio posible para el resto de lxs presentes y explicando siempre a las personas que organizan la fiesta y a quien pregunte qué es lo que está ocurriendo y porqué.
Estos son sólo algunos ejemplos que esperamos sirvan para ilustrar el por qué y como de la acción directa feminista para pulir las desconfianzas y recelos que estas acciones puedan producir en quien no disponga de los datos suficientes así como para que estas dinámicas se integren en el funcionamiento de nuestros espacios cotidianos y centros sociales.
Si tocan a una nos tocas a todxs!
Unas/ LasOtras
Si a lo largo de la lectura de este apartado visualizas la situación y te resulta extraña o difícil de comprender, cambia el concepto “sexista” por “racista”, verás como todo resulta más sencillo.
Extraído de La Haine.
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