14 oct 2009

La estrategia represiva contra el antifascismo en Sol

El PSOE prohibió y la policía cargó contra el primer grupo de los organizadores para que la concentración no pudiera formarse. La prensa intentó aislar al antifascismo.

El pasado sábado 10 de octubre a mediodía estaba convocada en la Puerta del Sol una concentración “contra el continuado ascenso de las agresiones fascistas”. La Delegación de Gobierno la había prohibido con excusas burdas, alegando faltas burocráticas en la legalización del acto, y por este motivo los organizadores decidieron mantener la convocatoria.

Al día siguiente la prensa publicó varias perlas acerca de lo que sucedió esa mañana. “La Policía disuelve a 15 antifascistas sin permiso para manifestarse en Sol”, era el titular que reflejaban medios de comunicación como ABC, ADN, Telecinco... por su parte, el diario El País habló de que en Sol hubo “más público que protesta”, es decir, más curiosos que manifestantes.

La prensa burguesa de nuevo se ha esforzado por adjudicar al antifascismo madrileño una imagen de marginalidad y de aislamiento: quince locos que se manifiestan sin permiso. Justifican así, indirectamente, que la policía haya cargado violentamente contra los manifestantes y omiten el debate de por qué la Delegación de Gobierno prohíbe una y otra vez las movilizaciones del movimiento antifascista.

Pero sobre todo mienten sobre la estrategia de la policía. A las 12:00h en punto un grupo de los organizadores de la concentración intentó desplegar las pancartas y antes de que lo hubieran hecho los antidisturbios empezaron a sacudir sus porras y a retener a varios militantes bajo amenaza de detenerlos. A las 12:01 la concentración estaba disuelta, antes siquiera de que el resto de organizadores hubiera podido colocarse detrás de las pancartas y antes de que, por supuesto, el resto de simpatizantes que ese día tenía pensado acudir a Sol a mostrar su rechazo al fascismo hubiera podido acercarse a la concentración. Pasaban los minutos después de las doce y los grupos de manifestantes que iban llegando a Sol se encontraban únicamente con un cordón de furgones policiales rodeando a un grupo de militantes que estaban contra la pared. Esto generó gritos de solidaridad y cánticos de protesta de la gente que, como pudo y bajo amenaza de sanción por parte de la policía, se iba juntando en los alrededores.

Pero esto también fue tergiversado por el diario El País, que lo contó de esta manera: “Al rato, otra veintena de personas, que parecían curiosos, empezaron a cantar a la vez 'lo llaman democracia y no lo es' y 'no es delito ser antifascista'”. Es de chiste.

La policía eligió cargar contra los primeros 15 organizadores de la concentración antes que permitir que se formara un bloque al que pudieran ir sumándose los manifestantes y solidarios que iban llegando. Se evidenció que era más fácil cargar contra 15 que contra 200 ó 300 personas que se podrían haber reunido, algo que probablemente habría tenido otras consecuencias más complejas.

Quizá fue un acierto por su parte. Pero esto sólo demuestra que la maquinaria estatal se está engrasando para intentar frenar el avance de un movimiento antifascista que poco a poco está haciendo camino en Madrid. El PSOE prohíbe, la policía heredada del franquismo dispersa a porrazos y los medios endulzan la estrategia represiva.

Pero ya lo ha dicho Mavi, madre de Carlos Palomino, en varias ocasiones: en Madrid se está reconstruyendo un “pueblo antifascista”. Esa es la verdadera amenaza que teme el Estado.


Noticia sacada de La Haine

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